Cuando el sol ataca…

Entrenar con calor asimismo tiene sus peligros. Quienes más los sufren son las personas mayores, los pequeños y los perjudicados por enfermedades cardiorrespiratorias. Si bien tampoco hay que ser alarmistas. Con la preparación conveniente y un tanto de los pies en el suelo se pueden eludir los mayores peligros de practicar deporte cuando el termómetro empieza a subir. En este cuadro informativo elaborado con datos del Centro Médico Deyre, dedicado a la medicina deportiva, te especificamos cuáles son y de qué forma prevenirlos.

Calambres
Causa: Deficiente oxigenación de los músculos y pérdida de líquidos y sales minerales.
Síntomas: Dolores agudos en los músculos de las piernas y en el abdomen.
Tratamiento: Restaurar el equilibrio de sales con bebidas o bien comestibles con sodio, y masajear los músculos.
Prevención: Hidratarse con agua con sales minerales ya antes y a lo largo del ejercicio.Los atletas más valientes y amantes de los peligros extremos se preparan para efectuar proezas que al resto de los humanos nos semejan dignas de un gigante mitológico. Una de ellas es la llamada carrera de los 3 desiertos. Consiste en llenar durante un mismo año 3 megamaratones de doscientos cincuenta km cada uno de ellos en los desiertos del Sáhara, el Gobi y el de Atacama. Los corredores aguantan temperaturas que a veces llegan a los cincuenta grados y pueden perder hasta un litro de líquido cada media hora. Apenas cincuenta personas han logrado consumar este reto, entre ellos 4 españoles.

En estas páginas no te vamos a aconsejar que te encares a una proeza de semejante magnitud. Mas sí pretendemos explicar que, a pesar del calor, el verano es una temporada tan buena como cualquier otra para practicar deporte. Las razones son muchas. Una de ellas es que en el periodo estival se engorda más que el resto del año.

El cuerpo genera más EPO
Una investigación efectuado por Marta Garaulet Aza, maestra de Fisiología de la Universidad de Murcia y miembro de la SEEN (Sociedad De España de Endocrinología y Alimentación), prueba que los españoles ganan una media de 3 kilogramos a lo largo del periodo veraniego. Entre las variadas causas de este incremento de peso destaca: “La vagancia que da practicar deporte con tanto calor”, explica la autora del estudio.
Este dato habría de ser motivo suficiente para levantarse de la tumbona y hacer ejercicio. Si se toman las cautelas precisas, se pueden eludir los peligros propios de esta temporada del año (vahídos, golpes de calor…). Mas es que, además de esto, practicar deporte en estas datas en las que el termómetro roza, y en ocasiones supera, los cuarenta grados tiene ventajas que no se dan el resto del año.

Cada atleta tiene su manual con las reglas que mejor se amoldan a su particular constitución física. De este modo, por poner un ejemplo, quienes practican culturismo aprovechan los meses veraniegos para hacer ejercicio aeróbico que les asista a perder líquido y lograr lucir una mayor definición muscular. Siendo conscientes de que, de entrada, el calor reduce el desempeño anatómico, los culturistas acostumbran a consumir frecuentemente una substancia llamada creatina que, aparte de tener propiedades como quemagrasas, reduce la temperatura anatómico en 3 o bien 4 grados, lo que logra que asimismo reduzca la fatiga.
Es verdad que, de entrada, las altas temperaturas dismuyen el desempeño del atleta, puesto que para efectuar un esmero determinado el organismo precisa transportar mayor cantidad de oxígeno que en otra temporada del año. Mas hasta esto, que en un inicio es un inconveniente, puede terminar transformándose en una ventaja.

Jenny Hadfield, médica deportiva y corredora de maratones, asegura que los efectos de adiestrar con calor son muy afines a hacerlo en altitud. “La fatiga aumenta y el desempeño reduce, por el hecho de que las células transportan menos oxígeno”, explica la especialista. “Pero tras múltiples días, el organismo se marcha adaptando y desarrollando sus mecanismos. Su contestación a la escasez de oxígeno provocada por las elevadas temperaturas es elevar la producción natural de la hormona famosa como EPO (eritropoyetina endógena), acrecentando de esta forma la cantidad de glóbulos colorados y cuyo resultado final se traduce en que se transporta una cantidad mayor de oxígeno a los músculos”.

De esta forma, merced al adiestramiento con calor se mejora la resistencia y se logra mayor desempeño físico, que se hace más patente cuando concluye el verano y se vuelve a hacer ejercicio en condiciones climatológicas menos desfavorables.

Los músculos padecen menos
Un motivo de peso por el que resulta recomendable continuar adiestrando en verano es que solo un par de meses (julio y agosto) de inactividad bastan para perder la manera física conseguida a lo largo del resto del año. Es verdad que cuesta vencer la vagancia, mas quien lo consigue tiene su recompensa. Por poner un ejemplo, ¿sabías que al hacer ejercicio con calor se reduce el peligro de padecer lesiones musculares? Como explica Marta Garaulet: “En invierno los músculos están más tensos por el frío. De ahí que es preciso efectuar ejercicios de calentamiento para ponerlos a tono y eludir las lesiones”. En cambio, como explica la especialista, en verano los músculos están más relajados, con lo que (si bien no es conveniente dejar de efectuar estiramientos ya antes y tras el ejercicio), el peligro de padecer una lesión al correr o bien jugar al tenis, se reduce en más del 50 por ciento .

Otra ventaja es que en los días estivales los corredores y los corredores pueden hacer pausas en su actividad deportiva sin temor a que los músculos se enfríen. “En invierno, si nos paramos más de 5 minutos, resulta conveniente regresar a calentar ya antes de continuarse el ejercicio. En cambio, en verano eso no es preciso, en tanto que los músculos no se enfrían. Y esto es una enorme ventaja cuando se hace deporte al aire libre. Puedes estar corriendo, pararte a admirar el paisaje y regresar a trotar sin estirar de nuevo”, asevera la especialista.

El sudor es un factor inseparable de la práctica de deporte en verano. La sudoración aumenta un treinta por ciento con respecto al resto del año, lo que fuerza a hidratarse de forma conveniente, aparte de que puede ser molesto si se mete en los ojos. Mas aun esto tiene sus ventajas. Contra lo que bastante gente cree, el sudor no adelgaza. Solo es líquido que el cuerpo expulsa para regular la temperatura del cuerpo, enfriándolo en los días calurosísimos. La mayor parte de ese líquido se recobra al tomar.

Adiós a la hinchazón
Mas si bien sudar más no adelgace, sí que es positivo para las personas que padecen de retención de líquidos. Aunque este es un inconveniente cuya solución terminante precisa de tratamiento médico, como asevera Steve N. Blair, directivo del departamiento de Exercise Science de la Universidad de Carolina del Sur, en su estudio Physical inactivity: the biggest public health problem of the 21st century: “La sudoración provocada por el ejercicio reduce la retención de líquidos más o menos en un treinta y cinco por ciento ”.

Conforme Blair, hacer ejercicio regularmente en verano ayuda a reducir la hinchazón en tobillos, piernas, abdomen y cuello, que son las zonas donde más se amontonan los líquidos. A pesar de ello, Blair aconseja: “No forzar jamás la máquina. Con la sudoración natural basta. No es sano recurrir al empleo de fajas o bien plásticos para intentar perder más sudor”.

Mas correr o bien pedalear bajo el sol veraniego tiene todavía más efectos positivos. Conforme una investigación efectuado por la Universidad de California en la ciudad de Los Ángeles (UCLA) con corredores y corredores, los atletas que adiestraban en el periodo estival tenían en la piel mayores niveles de vitamina liposoluble de tipo D, que es fundamental para la mineralización de los huesos y favorece la absorción en el intestino del calcio y el fósforo. Si bien la mayor parte de las vitaminas y minerales hay que tomarlos en los comestibles, en el caso de la vitamina liposoluble D el metabolismo cuenta con un “as en la manga”, puesto que es capaz de fabricarla en la propia piel merced a la interacción entre una enzima llamada siete-dehidrocolesterol y las radiaciones ultravioletas del sol.

Exactamente el mismo estudio asimismo probó que los atletas que adiestraban en verano tenían niveles de colesterol más bajos que los que descansaban en la temporada de verano. Y de nuevo era debido al sol, en tanto que la luz ultravioleta ayuda a metabolizar estos lípidos.

Resumiendo: menos peligro de lesiones, incremento del desempeño, minoración de los niveles del colesterol. Hacer ejercicio en verano tiene sus ventajas. Asimismo sus peligros, mas estos son simples de eludir con un tanto de los pies en el suelo. Con lo que no hay disculpa para quedarse sentado en el sofá. Cálzate las zapatillas y sal a sudar la camiseta. Tu cuerpo te lo agradecerá.