Día Mundial de la Lucha contra el Sida

El pasado Sábado primero de Diciembre, se celebró el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Esta enfermedad silenciosa, que va degenerando los tejidos, y entre otras cosas,  debilitando el sistema de defensas del organismo.

Una enfermedad que a través  de los años ha sido tabú a lo largo de generaciones.

El SIDA es la etapa tardía de la infección por el virus del VIH, que puede despertarse hasta diez años o más, después de haber sido contagiado con el virus.

Por lo general el contagio se da por un contacto de riesgo, ya sea, por tener relaciones sexuales sin preservativo, intercambiar agujas, o tener contacto con grandes cantidades de sangre infectada. Es aconsejable para obtener resultados más exactos, realizarse las pruebas contra el virus, entre treinta y noventa días después de la exposición de riesgo. No se recomienda realizarlo antes de los treinta días, ya que el virus puede estar en el sistema inmunológico pero no ser detectado.

Este año se cumplen treinta años de la creación del Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Treinta años de lucha, y avances médicos para lidiar con ésta enfermedad, que detectada a tiempo y controlada, ha permitido que los pacientes lleven  una vida casi normal. Por el momento no sea ha detectado ninguna cura o vacuna; no obstante, el tratamiento antirretroviral puede retrasar el curso de la enfermedad y puede llevar a una expectativa de vida cercana a la normal.

El Lema de éste año es ” Conocé tu estado” La idea es generar conciencia y prevención sobre la enfermedad, y lograr que las personas, a través de una prueba de laboratorio, conozcan su estado serológico, para que así, puedan ser diagnosticadas y tratadas. Se recomienda iniciar el tratamiento lo antes posible, después de ser diagnósticado.

En Buenos Aires, contamos con muchos centros de diagnóstico y tratamiento.

Desde 1989, La Fundación Huésped, que es una organización Argentina sin fines de lucro, tiene el objetivo de luchar contra el VIH o SIDA,  remarcando la necesidad de crear un entorno social apropiado, para que la enfermedad pueda ser sobrellevada lo mejor posible, y el paciente se sienta contenido.