Los descendientes de personas ansiosas podrían tener un 35% más de probabilidad de desarrollar los mismos comportamientos

Una investigación efectuado por estudiosos de la Universidad de Wiscosin-Madison ha descubierto que al función cerebral que subaye a la ansiedad es hereditaria. Estudiando el árbol genealógico de una colonia de monos rehsus, descubrieron que los ejempalres que mostraban comprotamientos deseoso, eran descendientes de otros monos que asimismo se habían visto perjudicados por ellos.

A través de una investigación de imagen, los estudiosos han descubierto que esa ansiedad es fruto una actividad muy elevada en un circuito cerebral que conecta el sistema límbico (emociones), la corteza prefrontal (planificación y toma de resoluciones) y el mesencéfalo (movimiento, dolor y nivel de activación). Y piensan que podría ser clave en la transmisión de la ansiedad de progenitores a hijos, que se puede observar ya en la primera niñez.

“Nuestra investigación de muestra que la hiperactividad y la ansiedad se deben en parte a factores genéticos y hereditarios”, explicó Ned Kalin, el directivo de la investigación. La buena nueva es que los autores del estudio estiman que esa herencia solo condicionan en un treinta y cinco por ciento a que los descendientes de una rama familiar desarrollen comprotamientos deseoso. El otro sesenta y cinco por ciento se debería a factores externos, culturales y ambientales. Lo que implica que ese condicionamiento genético podría contrarrestarse con una educación conveniente desde la más temprana niñez.