La semana pasada nos enteramos de la triste noticia. Más de ochenta empleados, se quedaron sin trabajo, tras el repentino e inesperado cierre del clásico restaurante, que con más de veinte años de trayectoria, dió punto final a su labor comercial.

Maizales, éste clásico y reconocido restaurante, con tenedor libre de Caballito, ubicado en Av José María Moreno 335, C1424AAD CABA. Durante años, fue cede de encuentros familiares, festejos, reuniones empresariales, y todo tipo de eventos.

Entre sus especialidades se encontraban platos españoles como la Paella, la Cazuela de Mariscos o el Pulpo a la Gallega. También contaba con pastas, y carnes a la parrilla como Matambrito tiernizado, Pechito de cerdo, Chivito o cortes de res al asador criollo. Era también parte del menú, una mesa fría, ensaladas, fiambres, y Sushi. La mesa de postres era tradicional, con Isla flotante, panqueques y gran variedad de tortas y helados. Con un amplio salón, el lugar era ideal para ir con grupos numerosos, en familia o con amigos.

Pero la semana pasada, sin previo aviso, los trabajadores del restaurante llegaron al lugar como todos los días, para comenzar su jornada laboral y se encontraron con las puertas cerradas y no mucha explicación.  Es más, comenzaron una cadena de llamados entre los colegas, para dar aviso de la terrible noticia.

Así como llegaban los trabajadores, también lo hacían los proveedores, que se acercaban al lugar para cobrar por la mercadería.

Ninguno de los empleados recibió un telegrama de despido o aviso previo y desde el sindicato que representa al personal, informaron que los propietarios no presentaron la quiebra.”Hacía tiempo se hablaba de que venía todo mal”, pero nadie se imaginaba un final así.

Tiempo más tarde se presentaron en el lugar, dos de los propietarios del lugar, junto con seguridad privada y quisieron conversar con los empleados del lugar, para ofrecerles distintas indemnizaciones, que según los trabajadores eran insignificantes de acuerdo al trabajo realizado.

Se desconocen las razones reales del cierre, pero es una triste noticia tanto para el barrio de Caballito, como para las ochenta familias que trabajaban en el lugar.