Puesta en valor de la Plaza de las Naciones Unidas en Recoleta.

El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, finalizó con las tareas de puesta en valor de la Plaza de las Naciones Unidas, ubicada en la Avenida Figueroa Alcorta 2301 del barrio de Recoleta,  donde se encuentra la flor de 18 toneladas, de acero inoxidable y aluminio, que se abre de día y se cierra de noche, llamada “Floralis Genérica”, punto emblemático de la Ciudad, visitada por miles de turistas todas las semanas.

Los trabajos de renovación del entorno a esta escultura de 20 metros, incluyeron la instalación de nuevos mobiliarios urbanos construidos con materiales reciclados, bancos, mesas y reposeras, y  la colocación de mapas turísticos con las mejores atracciones de la Ciudad de Buenos Aires.

Por otra parte, se renovaron los caminos internos, se construyeron varias rampas de acceso para personas de movilidad reducida y se plantaron flores de Abelias, de ramas aceradas y rojizas, en el cantero central de la plaza. El propósito de estas tareas de renovación de la Plaza de las Naciones Unidas, es revalorizar este espacio de jerarquía en la ciudad, tan destacada y visitada por el turismo nacional e internacional.

Esta Plaza, también llamada Plaza de la Flor o de la Facultad de Derecho, posee cuatro hectáreas con árboles y senderos, pero su mayor atracción es la escultura metálica en forma de flor (Floralis Genérica), que se encuentra en el centro del predio, en un estanque de agua. Este monumento fue donado por el prestigioso arquitecto radicado en Estados Unidos Eduardo Catalano a la ciudad en el año 2000, y fue instalada en la plaza, el 11 de abril del 2002.

Su nombre simboliza una síntesis de todas las flores del mundo, deseando la esperanza de una entena primavera para nuestro país. Su construcción demandó una inversión de 500 mil dólares. La obra pesa 18 toneladas, tiene seis pétalos metálicos construidos en aluminio y acero, y se encuentra colocada sobre una fuente de agua de 44 metros de diámetro. Los movimientos de sus pétalos son determinados por un “Sistema Lógico de Control”, que determina la apertura y el cierre de los mismos, en un horario determinado, con movimientos lentos que alcanzan los quince minutos.

Por otra parte, la Floralis Genérica también cierra sus pétalos cuando el viento supera los 80 Kilómetros por hora. En algunas fechas especiales, 25 de mayo, 21 de septiembre, 24 y 31 de diciembre, sus pétalos quedan abiertos durante todo el día. Se trata de la primera escultura con movimiento de nuestro país, controlada por un sistema hidráulico y células fotoeléctricas.