Tejido nervioso artificial para robots

Semeja que en este planeta absolutamente nadie se libra del dolor físico. Ya esté hecho de carne… o bien aun de metal. Y es que ni los robots del futuro se marchan a librar de padecer.

Estudiosos de la Universidad Leibniz de Hannover, está desarrollando una suerte de tejido inquieto artificial para implantárselo a los robots del futuro. La finalidad es que la propia máquina sea capaz de valorar y, en consecuencia, de eludir aquellas situaciones en las que pudiese padecer algún daño.

Y, la Conferencia Internacional IEEE de Robótica y Automatización (ICRA) de Suecia, ha sido el escenario donde se ha probado el primer prototipo, implantado en un brazo robótico. De este modo, cuando el dispositivo mecánico estimaba que podía padecer algún daño al efectuar una labor, se negaba a realizarla.

El término de dolor robótico se ha basado en una escala de valores que determina qué perjudicial podría suponer una determinada acción para la máquina. De este modo, se busca eludir que los robots se estropeen, y el costo que acarrea repararlos.