Método para superar el estrés

Una de las afecciones más frecuentes de nuestra sociedad es la ansiedad y el agobio. Los ciudadanos, siendo conscientes de esta situación, hacen todo lo que resulta posible por darle esquinazo. Unos se entregan al yoga, otros a la jardinería y otros recurren a productos farmacéuticos cuando no hallan nada que les relaje como quisiesen. Mas quizá lo estemos haciendo todo mal.

En el libro The Upside of Stress, la doctora y sicóloga de la Universidad de Stanford Kelly McGonigal, plantea una nueva solución que ya aconsejó en una charla TED en 2013: en vez de evitarlo debemos admitirlo. Conforme explica, la fantasía de vivir una vida sin agobio puede ser bonita, mas algo monótona y desganada al no existir grandes desafíos que probar.

McGonigal nos invita a no admitir solo el agobio que nos motiva en el trabajo, sino más bien asimismo a acoger con buen carácter aquel que procede de temas más difíciles y bastante difíciles. Conforme explica, una investigación efectuado en mil adultos por el Departamento de Temas de los Veteranos de los U.S.A., probó que aquellos que evitan situaciones agobiantes tienen más posibilidades de caer en una depresión. Conforme apunta, “probar agobio es un marcador de que llevamos una vida ‘con sentido'”. Conforme explica UNICEF en su dossier Gallup World Poll, aquellas naciones con más alto nivel de bienestar asimismo tienen los niveles de agobio más altos. Conforme McGonigal, “para comprender esta desconcertante paradoja, los estudiosos examinaron la relación entre el agobio y otras emociones. En un día normal, en el momento en que una persona ha tenido una fuerte dosis de agobio asimismo resulta más probable que se haya sentido enojado, deprimido, triste o bien preocupado. Mas la sensación de un sinnúmero de agobio asimismo está asociada a sentir más alegría, amor y buen humor. Exactamente, cuando se valoraba el bienestar general del conjunto las personas más felices no eran la menos agobiadas, sino más bien al revés. Aquellas con una vida carente de estímulos que pueden ocasionar ansiedad parecían ser los más infelices, ensayando poquedad, vergüenza y también ira y los más bajos niveles de alegría”.

Ella sugiere que no veamos nuestra contestación fisiológica al agobio como un obstáculo, sino más bien como nuestro cuerpo se prepara para encarar un reto. Una situación polémica en una cultura que ha anegado de mensajes de ‘cómo el agobio puede matar’ a la sociedad.

“El agobio se define por de qué forma pensamos en una situación y la capacidad para desenvolverse en ella”, reconoce McGonigal, quién hasta hace solo unos años defendía la situación más alarmista sobre la ansiedad. Ella resalta asimismo un experimento que dirigió la Universidad de Harvard en la que se aconsejó a un conjunto de personas que estaban a puntito de efectuar una presentación pública. Divididos en 2 conjuntos, a unos se les sobrexcitó con una buena dosis de entusiasmo, al tiempo que a los otros se les procuró aliviar. Aunque los dos equipos experimentaron niveles afines de ansiedad, aquellos que fueron sobreexcitados reconocieron que se sentían más seguros y sosegados a lo largo de la presentación, un hecho que el público asimismo confirmó.

Y es que contestar frente al agobio acarrea diferentes contestaciones fisiológicas. Entre ellas la liberación de dehidroepiandrosterona (DHEA), una prohormona endógena segregada por las glándulas suprarenales que ayuda al cerebro a aprender de una experiencia agobiante con la intención de manejarla mejor la próxima vez. Aunque la conocida contestación de lucha o bien escapada es buena en situaciones de urgencia, en el trabajo o bien otros instantes de la vida es conveniente ver al agobio como un músculo que hay que ejercitar. El agobio puede ser tu aliado si lo sabes manejar.