¿Hace bien comerse los mocos?

Mucofagia. Una palabra seria, técnica y formal para lo que comúnmente llamamos “comerse los mocos”. Indudablemente se trata de una costumbre que a todos nos semeja repugnante mas que, quien más o bien quien menos, en alguna ocasión ha practicado en la amedrentad del baño o bien del dormitorio. Por el hecho de que, desengañémonos, escarbarse en la nariz y recrearse más tarde con el sabor de lo allá cosechado, no es algo exclusivo de los pequeños (si bien estos lo practiquen con fruición). Una investigación efectuado en mil novecientos noventa y cinco en E.U. y publicado en la gaceta Journal of Psychiatry descubrió que el noventa y uno por ciento de los adultos consultados confesaban haberse comido los mocos en cuando menos una ocasión y un ocho por ciento reconocían ser prácticamente adeptos, puesto que lo hacían entre 2 y 5 veces al día. ¿Y en España? Puesto que ignoramos si las cantidades son afines puesto que, hasta el instante, absolutamente nadie ha efectuado una investigación afín.

Ya sabemos que de forma tradicional no se considera un signo de buena educación (más bien lo opuesto), mas, ¿es asimismo una práctica perjudicial para la salud? O bien, al contrario, ¿tiene efectos ventajosos? En la década de mil novecientos noventa, un neumólogo austriaco llamado Friedrich Bischinger, sorprendió a propios y extraños al aseverar que tragarse los mocos era una práctica de lo más higiénica y saludable. “Al escarbarnos en la nariz llegamos a sitios inaccesibles para el pàñuelo, con lo que queda mucho más limpia. Mas, además de esto, la nariz es un filtro en el que se recoge gran cantidad de bacterias, y cuando esa mezcla llega a los intestinos, actúa igual que un fármaco. La medicina moderna procura continuamente conseguir lo mismo por medio de métodos considerablemente más complejos, al paso que la gente que se escarba la nariz y se come los mocos consigue una dosis natural de su sistema inmune”, aseveraba.

Mas que absolutamente nadie se conmueva y comience ahora a poner en práctica los consejos del doctor Bischinger. Primero por el hecho de que hay que indicar que, si bien este personaje existe y verdaderamente es médico (y viene al tema pues hay quien ha puesto en cuestión la veracidad de su existencia), la verdad es que nunca efectuó ningún estudio con respecto a esta materia y que sus aseveraciones no están apoyadas por ninguna investigación. En verdad, hasta la data, ningún estudio médico ha podido probar que esos supuestos beneficios para la salud verdaderamente existan. En Quo charlamos con la otorrina Greiselda Galicia, quien nos comentó que: “No hay ninguna patentiza de que la mucofagia dé beneficios a nuestra salud. Mas, del mismo modo, tampoco la hay en caso contrario”, nos explicó.

A lo largo de siglos han circulado todo género de leyendas. Igual que se afirmaba que la masturbación podía dejar ciegos a los adolescentes, se apuntaba a que comerse los mocos podía provocar inconvenientes gastrointestinales. Al unísono que, en el sentido contrario, había quien defendía que esa práctica aumentaba el vigor sexual de los varones. Mas, lo dicho, solo eran leyendas sin fundamento. Los mocos están formados en su mayoría por agua y (si bien en menor cantidad) elementos orgánicos, que incluyen distintas proteínas, y sales minerales. No son tóxicos, conque tragárselos no va a hace rningún dañio, ni tampoco ningún bien, a nuestro organismo. Eso sí, si nos ve alguien, puede afectar a nuestra reputación.

Mas, ¿por qué razón nos comemos los mocos? Acá los científicos tampoco se ponen conforme. La mucofagia se considera un trasotrno de conducta, si bien no una nosología. Se ha observado que abundantes animales, singularmente los primates, asimismo lo practican, lo que ha hecho meditar que podría tratarse d eun comportamiento evolutivo. Hay quien defiende asimismo que los pequeños lo hacen para tener un aporte extra de sales… mas solo son conjeturas.

Conforme Griselda Galicia, la tesiss más admitida es que se trata de una contestación incontrolada a determinados estímulos sensibles provocados por la ansiedad, afín a comerse las uñas. “No se ha encontrado todavía ninguna causa o bien razón biológica a esta clase de conducta”, asevera. “En verdad, hay especialistas que considersn que en la mayor parte de los casos es sencillamente un acto reflejo destinado a librarnos de los picores o bien molestias que los mocos pueden ocasionarnos al acumularse en la nariz”. tan simple como eso.

Sea como fuere, ya saben, no se coman los mocos. Mas si lo hacen, háganlo con discreción (que está muy mal visto), mas asimismo sin temor. Su salud no se marcha a resentir.