La edad y la memoria

No es completamente cierta la creencia de que al llegar a la vetustez la memoria se estropea. Distintas investigaciones prueban que la pérdida cognitiva empieza a los veinte años, mas que apenas la percibimos, pues contamos con la suficiente capacidad para hacer en frente de las necesidades de la vida rutinaria. De ahí que, dicha pérdida es más observable desde los setenta y cinco, más o menos. Ahora, una nueva investigación efectuada por estudiosos de la suniversidades de Minnesota y del País Vasco, concluye que la memoria de los mayores no es tan deficiente como se creía hasta el momento.

Los autores del estudio explican que los mayores recuerdan menos detalles concretos que los jóvenes, si bien la primordial diferencia radica en la capacidad de rememorar los hechos más remotos: los jóvenes los recuerdan mejor por el hecho de que deben remontarse menos en el tiempo.

El deterioro que se genera con la edad no acostumbra a ser ni uniforme ni general. Ciertos géneros de memoria lo padecen más que otros. En la vetustez, el deterioro aparece en especial en la llamada memoria episódica, que es esencialmente la que conserva los recuerdos detallados. Al contrario, la llamada memoria procedimental, que es la que se encarga de las habilidades precisas para hacer las cosas, se sostiene asimismo a lo largo de la vetustez. Por último, la memoria semántica, por su lado, que es la que está relacionada con el lenguaje y con el significado de los conceptos, tampoco se ve perjudicada de modo evidente por el paso de los años. El estudio se centró esencialmente en la memoria autobiográfica, que se enmarca en la episódica, y que es esencial para planear nuestro porvenir y nuestro bienestar sensible.

En el experimento efectuado para la investigación, se solicitó a los participantes que recordasen 3 hechos de su vida personal: algo acontecido el último año, algo del último mes y algo de la última semana. Los estudiosos verificaron conque tanto los jóvenes como los adultos tenían capacidad para rememorar con detalle información relacionada con hechos de su vida. La diferencia radicaba en que los primeros si recordaban más detalles específicos que el resto. Mas la investigación asimismo probó que esa diferencia se daba únicamente en uno de los 3 apartados convocados, en el de los recuerdos del último año; o sea, los más viejos. En cambio, no se advirtieron diferencias apreciables en los recuerdos del último mes y de la última semana, y los mayores fueron tan capaces como los jóvenes de aportar detalles episódicos relacionados con los hechos.