Diamantes sintéticos

Los diamantes sintéticos son, conforme con sus fabricantes, una opción alternativa más moral al no proceder de zonas problemáticas y más económicos que los naturales. Las primeras piedras sintéticas se crearon allí por mil novecientos cincuenta y cuatro, cuando General Electric usó un sistema de Alta Presión y Alta Temperatura (HPHT por sus iniciales en inglés). Mas no eran capaces para joyería debido a su calidad y solo se les empleaba para aplicaciones industriales.

En los años mil novecientos noventa la ciencia descubrió de qué forma usar la deposición de vapores químicos (CVD por sus iniciales en inglés) para gemas de calidad y tamaño convenientes para la joyería. En el proceso CVD los diamantes se fabrican desde una mezcla de hidrógeno y un gas como el metano en una cámara de vacío. El procedimiento tiene cierta similitud con el cultivo de perlas, en tanto que asimismo precisan de una “semilla”, en un caso así un pequeño diamante.

Merced al CVD se pueden crear diamantes de cuatro quilates con buenísima claridad. La enorme ventaja es que aunque no se trata de piedras grandes, sí se pueden crear entre cincuenta y cien piedras en una “horneada”.

Todavía de este modo semeja que quien retorna con nuevas buenas es el sistema HPHT. Nuevos avances han tolerado crear piedras de hasta treinta quilates (diez, una vez pulimentadas). “Sería el diamante sintético más grande producido hasta la data – apunta Wuyi Wang, directivo de investigación y desarrollo del Instituto Geológico de E.U. –. He escuchado cotilleos de conjuntos de estudio que crean diamantes de sesenta quilates e incluso de cien. Esto cambiará la industria”.

A estas innovaciones se le suma ahora el diseño asistido por computadora, un programa informático más conocido por sus iniciales en inglés, CAD y extensamente empleado por ingenieros y arquitectos. Merced al CAD, los presentes joyeros pueden crear todo el anillo, desde la piedra, hasta la pieza de orfebrería, teniendo presente el tamaño, el diseño y hasta el brillo y el índice de refracción del diamante y de qué forma la luz incidirá en la piedra teniendo presente de qué manera esta va a estar engastada.

Para los joyeros el empleo de este género de software es una herramienta de enorme valor, en tanto que les deja enseñar al cliente del servicio un prototipo muy próximo a la realidad y alterar cualquier fallo o bien satisfacer el deseo del usuario con un gasto muy reducido, cuando ya antes era imposible.

Los fabricantes de diamantes sintéticos han dado un enorme paso, mas los naturales no se van a dejar vencer tan de forma fácil. La pelea por este mercado ya lleva décadas.