Aquellos que nacieron en la década de los ochenta han ido medrando adaptándose a cada uno de ellos de los cambios tecnológicos y también informáticos que les han ido ofertando. Son los conocidos como nativos digitales y se les supone unos conocimientos considerablemente más avanzados que aquellos que nacieron ya antes de mil novecientos ochenta, los que pasan a ser parte del conjunto de los “extraños” (los de “la informática no es lo mío”). Mas semeja que al final tanto unos como otros emplean estas herramientas de igual modo.

Pese a que aquellos jóvenes que han natural de las pasadas tres décadas han estado expuestos a nuevas tecnologías de manera constante y progresiva con los años, no semeja que marquen una diferencia tan grande para considerarlos “los milenials del futuro”, tal y como si se desprendiesen de otra una parte de la sociedad a la que no pertenecieran. Tal como apunta la gaceta “Nature”, en dos mil once, la Academia de Estudios Superiores de York (R. Unido) ya se dio cuenta de ello de esta ilusión y apuntaba lo siguiente: “No existe patentizas de que exista una sola generación nueva de jóvenes estudiantes que ingresen en Estudios Superiores que se puedan estimar como la ‘Generación Web’ o bien ‘Nativos digitales’ hasta el punto de captar los procesos de cambios que tienen sitio en la sociedad”. En verdad, apuntan en la publicación que los jóvenes se comportan de igual manera que los adultos en el momento de absorber de forma pasiva la información que se les presenta.

Otro punto que preocupa es el papel que se supone de estos jóvenes, de los que se espera que sean capaces de hacer un trabajo multitarea sin inconvenientes. Mas, desde el punto de vista enseñante, se verifica que no existen patentizas reales de que esto pueda ser de este modo. En verdad, concluye “Nature”, es obvio que el nivel de distracción que puede llegar a tener un joven cuando no para de leer mensajes de texto en su Móvil inteligente a lo largo de una conferencia universitaria puede ser equiparado al mismo que los adultos tienen cuando no paran de juguetear con sus móviles y portátiles a lo largo de una asamblea de empresa.

Por consiguiente, no hagamos distinciones, después de todo, todos formamos una parte del mismo navío digital y es ya cuestión de cada uno de ellos, sea la edad que sea, el aprovechar esos conocimientos y ponerlos en práctica.