Vuelve el Concorde

Fue un icono de la aviación comercial. Por su perfil aerodinámico único y su capacidad para volar a más de dos mil quilómetros por hora, reduciendo a menos de la mitad los tiempos de vuelo, se le consideró la aeronave más deseada por los turistas. Desde mil novecientos setenta y seis cuando hizo su primer vuelo, hasta el momento en que fue retirado en dos mil tres estuvo operativo. Y ahora, un conjunto de empresas, llamado Concorde Club, se ha propuesto recobrar 2 de los veinte Concorde que se fabricaron y para esto han reunido unos ciento cincuenta millones de euros. Una de las aeronaves se instalaría como atracción turística cerca del London Eye, en la capital británica y el otro volvería a atravesar los cielos.

El inconveniente es que no basta recobrar las piezas y montarlas a fin de que eso suceda. Uno de los motivos que contribuyó a estacionar el Concorde fue el accidente que tuvo uno de ellos en el años dos mil, en la ciudad de París. Ya antes que esto sucediese, el Concorde estaba considerado como el aeroplano de pasajeros más seguro del planeta. Por año siguiente, la nave recibió diferentes mejoras como la actualización de los controles electrónicos, se rediseñaron los tanques de comburente y se añadió un recubrimiento a los neumáticos. A los poquitos meses, más exactamente el once de septiembre de dos mil uno, se efectuó un vuelo de prueba entre Londres y N. York y el Concorde llegó a esta urbe minutos ya antes del atentado a las Torres Gemelas. A pesar de ello cada vez menos gente confiaba en su seguridad.

Otro de los inconvenientes era su costo. La aeronave empleaba motores Rolls-Royce/Snecma Olympus, unas enormes bestias capaces de consumir, solo en la carrera en pista para despegar, los mismo que un Boeing setecientos treinta y siete volando de la ciudad de Londres a Amsterdam, aseguró el ingeniero jefe de British Airways, Jim O’Sullivan hace poco.

Asimismo existe el inconveniente de hallar piezas originales y repuestos para ponerlo en condiciones de vuelo. Airbus, la compañía que fabricó una gran parte de las piezas, dejó de hacerlo en dos mil tres.

Como vemos el Concorde Club se encara a muchas contrariedades, el tiempo afirmará si le da alas al tema.